- Los adolescentes replican los patrones machistas que pueden conducir a situaciones de violencia
- Las redes y el móvil facilitan las situaciones de control
- Un 21% de los adolescentes españoles está de acuerdo con la afirmación de que los hombres no deben llorar.
- Uno de cada cinco cree que está bien que los chicos salgan con muchas chicas, pero no al revés.
- El 12,8% no considera maltrato amenazar —o recibir amenazas— en caso de que su pareja quiera romper la relación.
- Un 25% de las chicas dice que su novio o exnovio la vigila a través del teléfono
El sexismo y los estereotipos de género perviven entre los adolescentes españoles. Y el retrato robot de cómo son y cómo viven sus relaciones muestra que, además, no son conscientes de ello. Conocen el discurso y la información sobre violencia de género, pero no la trasladan a su vida. La radiografía es llamativa: el 4% de las adolescentes de entre 14 y 19 años han sido agredidas por el chico con el que salen o salían; y casi una de cada cuatro confiesa que su novio o exnovio las controla hasta el punto de fiscalizar con quién hablan o como visten. Control, relatan, a golpe de Tuenti y WhatsApp.
Los adolescentes españoles, como muestra el estudio Evolución de la adolescencia española sobre la igualdad y la prevención de la violencia de género, empiezan sus relaciones sentimentales cada vez antes. Las inician a los 13 años frente a los 13,5 de hace tres. Y mantienen y alimentan sus relaciones, sobre todo, gracias al contacto a través de las redes sociales o por teléfono. El plan común ya no es bajar a la calle, sino quedar en la Red. El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid con las entrevistas online a 8.000 menores, muestra que efectivamente se ven menos. Y eso, apunta María José Díaz-Aguado, coordinadora del estudio, les hace estar menos satisfecho con sus relaciones. Y mucho más inseguros.
Esa forma de vivir el noviazgo, creen psicólogos y educadores, unida a que los estereotipos que dibujan al hombre dominante y agresivo como alguien con atractivo y a la mujer como la sumisa, puede derivar en un incremento de las situaciones de control y, con el tiempo, de violencia.
Casos que, a la larga, los chavales terminan normalizando. “Los adolescentes no perciben las relaciones de alarma que muestran esas relaciones abusivas y ese patrón termina alimentándose”, apunta Ana Bella Estévez, presidenta de una fundación de supervivientes a la violencia de género que lleva su nombre. La realidad se percibe en las cifras: el 25% de las chicas asegura que su novio o exnovio la controla a través del móvil; el 23,2% confiesa que su pareja la ha tratado de aislar de sus amistades. Comportamientos y situaciones que Estévez asegura encontrarse muy habitualmente. Su fundación imparte desde hace 10 años talleres en colegios e institutos de Andalucía, y esos seminarios son un buen termómetro para medir el problema. De ahí que esta mujer, que sufrió desde la adolescencia los malos tratos de la que fue su pareja, estime que se ha dado pocos pasos a la hora de frenar la violencia de género en adolescentes.
El estudio de la Complutense, encargado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y hecho público ayer, le da la razón. La investigación, que es la continuación de otra realizada en 2010, muestra que en tres años, la situación no ha mejorado. El porcentaje de chicas que afirma haber sufrido agresiones físicas se mantiene. Sin embargo, aumenta en un 7% el número de adolescentes que afirman haber sufrido situaciones de control extremo por parte de su novio o exnovio. Algo más preocupante aún si se analiza que más de un 12% de los adolescentes (chicos y chicas) no consideran como maltrato conductas como que un chaval le diga a su novia con quien puede hablar, dónde ir o qué hacer. También es esclarecedor que a los chicos les cueste más reconocer que ejercen estas acciones y que no las vean tan censurables.
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