El jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Residencial, David Curto, ha destacado la necesidad de incorporar la actividad física al estilo de vida de las personas mayores con el fin de aumentar su bienestar y su calidad de vida.
Y es que, la práctica de ejercicio físico disminuye el riesgo cardiovascular, mejora la hipertensión arterial, controla la glucemia, el colesterol y, además, combate el insomnio.
Ahora bien, el experto ha avisado de que este bienestar sólo se puede obtener si los mayores escogen bien las actividades o deportes que pueden practicar. Por ejemplo, las actividades de bajo impacto, como la marcha, el ciclismo, la natación, yoga o taichi, combinadas con ejercicios de fuerza muscular, ayuda a tener actividad en el cuerpo y a mantener la cabeza despejada.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la persona que realiza ejercicio físico consigue reducir en un 34 por ciento las posibilidades de sufrir infarto de miocardio y accidentes cerebro-cardiovasculares. Además, desde 2006, la evolución de las personas mayores que practican algún ejercicio físico ha registrado una tendencia al alza, situándose en el 70,5 por ciento, el porcentaje de población mayor de 60 años que practica actividades saludables, de las cuales el 72,1 por ciento son hombres.
Por ello, y con el objetivo de que los mayores hagan un correcto programa de ejercicio físico, el experto ha recomendado evitar las horas centrales del día, los periodos de digestión; usar ropa adecuada; y que la actividad física esté supervisada por profesionales, adaptada a las condiciones de la persona, y esté acompañada por una dieta variada y con alto contenido en hidratos de carbono, como cereales de todo tipo así como abundante fruta y verdura.
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