Una dolencia gastrointestinal crónica que cursa sin causa conocida clara hasta la fecha. El SII repercute en la calidad de vida de las personas afectadas con molestias que van desde molestias puntuales, hasta períodos de incapacitación para llevar una vida laboral, social y personal plena. Hasta la fecha no hay cura conocida. El SII se diagnostica, tal y como comenté, tras la realización de pruebas diagnósticas que terminan por excluir otras patologías cuando, al mismo tiempo, se cumplen los siguientes criterios basados en ROMA III:
Dolor o molestia abdominal recurrente al menos 3 días por mes en los últimos 3 meses asociado a dos o más de las siguientes situaciones:
– 1. Experimentar una mejoría de esos dolores tras la defecación.
– 2. Estar su comienzo asociado a un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
– 3. Así como un cambio en la consistencia de las deposiciones.
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