Algunos hábitos y estilos de vida sanos pueden ayudar a prevenir la aparición de pólipos en el intestino grueso y reducir el riesgo de padecer la enfermedad. Procura seguir estos breves consejos. Pueden cambiar tu vida.
- Dieta saludable y variada.
Procura tomar con frecuencia alimentos ricos en fibra (cereales, legumbres…) y comer frutas y verduras a diario (si es posible, 5 piezas).
Conserva los alimentos de manera adecuada (congelador, frigorífico…) y consúmelos antes de que se estropeen.
Modera el consumo de grasas, especialmente carnes rojas, así como dulces y azúcares. - Control del sobrepeso.
La obesidad es uno de los mayores agentes de riesgo. Mantente siempre, dentro de lo posible, en peso adecuado a tu altura y constitución física. - Ejercicio físico con regularidad.
Realiza algún deporte o, al menos, algún tipo de actividad física a diario. Caminar un buen rato, por ejemplo. - Evitar tabaco y alcohol.
No fumes o intenta dejarlo cuanto antes. Procura no abusar en el consumo de alcohol. - Pruebas periódicas.
Si perteneces a alguno de los grupos de riesgo (mayores de 50 años, antecedentes familiares o enfermedades del intestino), habla con tu médico para que valore si debe realizarte alguna prueba, a fin de comprobar la existencia o no de pólipos y prevenir que se conviertan en tumores.
La primera prueba consiste simplemente en tomar una muestra de heces, y puedes hacerla en tu propia casa. Sin embargo, a pesar de su sencillez y de la cada vez mayor incidencia de este cáncer, hoy en día sólo tres de las 17 comunidades autónomas cuentan con programas piloto de cribado para alcanzar a toda la población con riesgo de padecer la enfermedad.
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