¿Dónde puedo informarme sobre recursos de prevención?
 En todas las comunidades autónomas y las
 ciudades autónomas a través de las Oficinas de Coordinación de 
Drogodependencias, donde podemos informarnos sobre los programas de 
prevención que se están desarrollando. Para más información, llamar al 
Servicio de Información y Orientación Telefónico sobre Drogodependencias
 de la FAD, Fundacion de la ayuda contra la drogadiccion, al  número 900 16 15 15.
 ¿Qué signos/síntomas pueden ayudar a detectar un abuso de drogas?
 Algunos signos de cambio hacia hábitos 
de consumo pueden ser:
- empeoramiento del aspecto físico y falta de cuidado personal (higiene, ropa, cuidado de la salud…)
 
- cambios en el estilo de vida (pérdida de interés en actividades, tendencia al aislamiento…)
 
- cambios en el estado de ánimo y en los ritmos del sueño y vigilia, pasividad e indiferencia ante su entorno, aumento de las necesidades económicas, delegación de responsabilidades…
 
Este tipo de 
signos hay que tomarlos con mucha cautela. Es solo la interacción entre 
ellos la que puede determinar mayores probabilidades de abuso. En caso 
de duda, lo más importante es hablar con la persona concreta, sabiendo 
que, si es necesario, se puede contar con asesoramiento profesional.
¿Cualquier tipo de contacto con las drogas implica el tener un problema?
 Hay que señalar que no todo consumo de 
drogas implica necesariamente un problema. Existen diferentes formas de 
consumo: uso, abuso y dependencia. El proceso de dependencia que se 
establece con una o varias sustancias lleva tiempo y pasa por diferentes
 fases en las que la frecuencia, la cantidad y las formas de consumo 
varían (consumos experimentales, ocasionales, habituales o compulsivos).
 En la mayor parte de las ocasiones el inicio de consumo no conduce a la
 dependencia.
 ¿Es adecuado registrar las pertenencias de nuestro hijo ante una sospecha de consumo?
 A menudo, en el entorno familiar se 
llevan a cabo registros en las habitaciones y en las pertenencias de las
 personas sobre las que se sospecha. Estas prácticas, responden a la 
necesidad de obtener información de manera rápida y fácil sobre la 
situación del posible consumidor. Además de traicionar la confianza que 
se ha depositado en las personas que los realizan (madre o padre), 
confianza imprescindible si lo que nos interesa es conseguir el 
reconocimiento de este consumo, sin el cual no podremos actuar, provoca 
una pérdida en el papel de los padres como agentes educativos y por lo 
tanto, preventivos, ya que se supone que su condición de educador les 
convierte en modelos de comportamiento para los hijos. La información 
que se obtiene a través de estos registros, por lo tanto, raramente se 
puede utilizar para analizar comportamientos y sospechas de consumo con 
los hijos; provocaríamos su rechazo y enfado. Únicamente añaden más 
morbosidad al tema, al mantener a los padres ocupados en determinar si 
un día hay más cantidad o menos de la sustancia encontrada o si siguen 
estando determinados restos o evidencias de consumo o no, es decir, en 
actuaciones casi policiacas en la búsqueda de indicios y pistas. Las 
personas que realizan estas prácticas, en consecuencia, están sometidas a
 la ansiedad derivada de cada uno de estos nuevos descubrimientos, 
condición no deseable para el adecuado abordaje de la situación.
 La información es una estrategia 
fundamental en la prevención del consumo de drogas. Es importante hablar
 con los hijos. El diálogo y la comunicación son elementos básicos de 
una buena actuación preventiva en la familia y el campo de las drogas no
 va a ser distinto. Si en el entorno familiar se acostumbra a hablar y a
 dialogar, si la comunicación forma parte del estilo de vida familiar, 
no será difícil incorporar en él el tema de las drogas. Sin embargo, si 
por el contrario, el diálogo no tiene un peso importante en la vida 
familiar, los intentos por parte de los padres de abordar el tema de las
 drogas tendrán peor acogida, convirtiéndose, en ocasiones, en meros 
interrogatorios. Es necesario para poder hablar sobre drogas, crear 
previamente un clima familiar que facilite la comunicación y el diálogo y
 que invite a consultar dudas y exponer experiencias sobre éste y otros 
temas.
¿Ante un problema de conducta podemos concluir la existencia de consumo?
 La familia tiene un papel muy importante
 también en las situaciones en las que los consumos de drogas se 
realizan de forma sistemática, también ahora se puede y se debe actuar. 
Se pueden indicar algunas señales que nos den pistas sobre posibles 
hábitos de consumo de drogas cuando ya existe una adicción, pero se debe
 ser muy cauteloso con etiquetar a alguien como drogodependiente ya que 
nos podemos equivocar. Con frecuencia, algunos de los indicadores 
responden a situaciones conflictivas por la que pasan los sujetos sin 
necesidad de que tengan que ver con las drogas. En las siguientes 
preguntas expondremos algunos indicadores de posible consumo, pero 
insistimos en la necesidad de proceder cuidadosamente en esta 
interpretación, ya que son solamente indicadores, no síntomas directos 
de estos consumos. No podemos deducir que únicamente por la existencia 
de alguno de estos factores la persona en cuestión sea un 
drogodependiente, es necesaria la existencia conjunta de varios de ellos
 para que podamos mantener tal postura.
 En cualquier caso, es conveniente no 
demostrar posturas sobreprotectoras y de sometimiento ante el hijo 
consumidor, pensando que así conseguiremos la aceptación del 
tratamiento. Por supuesto, es importante durante esta etapa el manejo de
 las normas y los límites en la familia (especialmente ejercer un gran 
control sobre el dinero). Que el afectado perciba de una manera clara y 
determinante que es más conveniente para él, que tendrá más ventajas 
ponerse en tratamiento que continuar negándose al mismo por las 
repercusiones en la pérdida de sus prerrogativas.
¿En qué momento hablar sobre drogas?
 No sólo hay que hablar ante la demanda 
explícita por parte de los hijos, hay momentos (programa de TV., 
situación de consumo en la calle?) que pueden propiciar nuestra 
intervención. Pero es muy importante responder siempre ante estas 
demandas. Los padres deben convertirse en un referente de primer orden 
en la obtención de información sobre drogas para contrarrestar otras 
fuentes de información en ocasiones no adecuadas. Para ello deben 
mostrar su total disponibilidad para atender cualquier pregunta o 
cuestión y no rechazarlas incluso en situaciones comprometidas. Pero 
tampoco es necesario lanzar mensajes de forma continuada e 
indiscriminada con el propósito de que tengan mayor efectividad. Los 
mensajes repetitivos, utilizados de esta forma, terminarán por no captar
 la atención de los destinatarios, perdiendo así su eficacia. El momento
 elegido para hablar con los hijos sobre drogas, así como sobre otros 
temas, es una variable importante que no se debe descuidar. Hay que 
buscar momentos idóneos, en los que se establezca un lugar adecuado (sin
 ruidos ni interrupciones), un clima en el que no haya tensiones y donde
 se piense que el destinatario va a estar receptivo. Los momentos en los
 que se dan situaciones de consumo de drogas (por ejemplo cuando el hijo
 llega a casa bajo los efectos del consumo de alcohol u otra sustancia) 
no es un momento adecuado ya que su capacidad de análisis y valoración 
está alterada. Es más oportuno esperar a otro momento para comentar esta
 situación.
¿El consumo de drogas es más frecuente en clases sociales desfavorecidas?
 El consumo de drogas se encuentra 
extendido a todas las clases sociales, sin que exista una primacía del 
consumo en las clases sociales más desfavorecidas. En las últimas 
décadas se ha extendido el consumo de sustancias socialmente no 
aceptadas afectando, de alguna manera, a todos los estratos sociales. 
Generalmente, los problemas de integración de algunos drogodependientes 
surgen posteriormente a la adicción y no antes.
¿Se pueden abandonar las drogas sin ayuda?
 En teoría, de las drogas se puede salir 
sin ayuda externa ya que la opción del consumo es una decisión personal.
 Pero, en la práctica, la realidad nos dice que esto no es sencillo de 
conseguir de forma individual, sobre todo cuando se ha llegado a la 
dependencia.  La ayuda externa, los programas asistenciales y la 
familia, facilitan la consecución de un objetivo que presenta grandes 
dificultades de alcanzarse de otra forma, mediante estrategias diseñadas
 específicamente para ello y contrastadas a través de la experiencia.

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